20 Oct

Estimado lector, a partir de este artículo te tutearé. Te tutearé porque quiero salirme deliberadamente de la forma. Te tutearé porque al hablar de corazón a corazón, el «usted» se desvanece. Te tutearé porque los mismos animales no humanos se tutean entre sí, y en ese tú reside toda la esencia de ser puros y de corazón abierto, cualidades de las que a menudo carecemos los humanos.

Los primeros artículos que he compartido contigo son breves introducciones al vasto tema de la comunicación telepática con los animales y la relación entre humanos y animales.

Por lo tanto, te invito a seguir leyendo si te sientes cómodo en este «tú». Te invito a seguir leyendo si sientes que el empuje energético viene del centro de tu corazón.

La reflexión que me gustaría compartir contgo hoy es la siguiente:
¿Qué pasará con mi querido animal si hago el «gran viaje» primero?

Por regla general, los animales que se definen como mascotas o que nos acompañan tienen una esperanza de vida más corta que los humanos. En principio, esto es bueno porque, aunque emocionalmente es muy duro desprenderse de nuestro amigo peludo, es igual de crucial para él/ella tenernos a su lado. Como responsable de ese ser, asumes la responsabilidad de su bienestar, su alimentación, su esfera emocional, sus necesidades.

En general, es muy recomendable poner una nota en la cartera o en el bolso notificando: «Tengo una mascota, en caso de que me pase algo ponte en contacto con…»

De este modo, damos inmediatamente la información de que hay un ser que depende de nosotros y permitimos que quienes entren en contacto con esta información actúen según nuestras instrucciones.

Es fundamental, independientemente de tu edad, que aclares tus ideas y elijas a una persona que pueda hacerse cargo de él: puede ser un familiar, un amigo, o puedes recomendarlo a alguna asociación de animales para que se haga cargo de una posible adopción. Si es posible, guarda algo de dinero para poder contribuir a su manutención si la situación lo requiere.

Luego, una vez que te hayas puesto de acuerdo con las personas de confianza que pueden intervenir si es necesario, deja un rastro: puedes escribir un testamento o grabar un pequeño vídeo para que quede claro y transparente cuáles son tus intenciones.

Estos pequeños pasos te harán sentir más relajado y habrás asegurado una vida tranquila para tu gran amigo aunque físicamente ya no puedas estar a su lado. Es una pequeña gran acción que le garantiza cuidados y una vida digna. De esta manera nuestro animal no estará solo, sin referencias, en la calle o, si es un perro, en el mejor de los casos tras los barrotes de las cárceles de los inocentes llamadas perreras.

El amor que se da, es amor que vuelve.

Kloe